En los últimos años, la incertidumbre de no saber qué sucederá nos ha enseñado que la tranquilidad y seguridad que nos da nuestro hogar no se compara con la que nos ofrece cualquier otro tipo de bien o lujo adquirible; prácticamente, si tenemos un lugar donde vivir, lo tenemos todo y, mejor aún, si es un espacio diseñado a nuestra medida y construido según nuestras necesidades.
Coyunturalmente estamos viviendo el aumento del nivel medio de temperatura del planeta a consecuencia del calentamiento global y cada día son más los nuevos virus que surgen y amenazan con contagiarnos a nosotros y a nuestras familias. Estar en casa ha cobrado valor, ratificando la importancia de tener un lugar cómodo y confortable para pasar la mayor parte de nuestro tiempo.
La creciente inflación del dólar, junto a la devaluación del peso, que afectan el precio y por ende el poder adquisitivo de los materiales, que en su mayoría son importados, hacen que sea necesario priorizar los proyectos de construcción que tenemos en mente y poner manos a la obra.
Invertir seguro siempre será prioritario y más en momentos de incertidumbre, por ello, recurrir a un experto en este tipo de consultoría evitará la improvisación, una mala práctica que al final se ve reflejada en sobrecostos, pérdidas de tiempo y dinero, que resultan altamente dolorosas. Invertir en planeación, hacer una prefactibilidad de la obra, tener un camino claro, ejecutarlo adecuadamente y saberlo financiar, mejorará la experiencia de la construcción en todos los sentidos.
Cuando se habla de construir, no se habla necesariamente de terrenos costosos, casas lujosas, piscinas y domótica. La comodidad no necesariamente se mide en lo complejo o lujoso de una construcción, sino en una adecuada concepción y estructuración de los espacios, una materialidad fresca, perdurable y acorde a una realidad presupuestal; todo esto, mediante soluciones acordes a las determinantes propias de un lugar -ya sea en la ciudad, la periferia o el campo-, siempre respondiendo al entorno, condiciones de ventilación, asoleación, iluminación, vecindad, normatividad, entre mucho otros; por supuesto, sin dejar de atender las necesidades particulares y el gusto del propietario o usuario final.
Es ahora el momento de construir esa seguridad.
